Sobre estos diez ejes girará el gobierno del presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego

En torno a lo que denominó ‘Decálogo de Gobierno’ girarán los cuatro años de gobierno del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego, y con el que invitó a la unión de los colombianos

“No quiero dos países, ni dos sociedades, sino uno”, expresó el Presidente, sumándole el ingrediente de la justicia en sus niveles.

El resumen del decálogo lo explicó punto por punto, siendo el primero, el trabajo por la paz nacional y el cumplimiento de los pactos suscritos; el segundo, el cuidado de abuelos, niños, discapacidad y los marginados, mediante una política pública de cuidado; el tercero, gobernar con las mujeres, a través de lo dejó entrever, la creación del Ministerio de la Igualdad, que estará a cargo de la vicepresidenta Francia Márquez.

El cuarto punto se relaciona con un gobierno de puertas abiertas, de diálogo con todos, dirigido a la construcción de un acuerdo nacional para diseñar así la Colombia del futuro; el quinto punto del decálogo es la disposición de escuchar a los colombianos en sus inquietudes, mediante mecanismos de participación democrática.

El sexto punto contempla la defensa de las comunidades contra expresión de violencia, a partir de una estrategia integral de seguridad en la que las familias se sientan seguras y tranquilas; el séptimo punto va dirigido a la lucha frontal contra toda manifestación de corrupción, sin que el papel sea la persecución de nadie en particular sino de las prácticas, como el nepotismo y el soborno en sus distintas expresiones.

El octavo punto está dirigido protección de suelos, subsuelos, mares y ríos, aires, en resumen a la protección de la biodiversidad; el noveno es el respaldo al desarrollo de la industria nacional, impulso a la economía popular, la reactivación del agro, la participación activa de la mujer en los procesos productivos, estímulos al desarrollo del conocimiento y la tecnología.

Y el décimo punto es el cumplimiento a cabalidad de la Constitucional Nacional, el respeto por la independencia legislativa del Congreso de la República, pero del que debe salir leyes necesarias para la puesta en marcha las reformas que se requieren, como la tributaria, de la salud, de la educación, entre otras.

TRABAJO DE TODOS LOS SECTORES

Previo a la síntesis de su hoja de ruta, el presidente Petro fue reiterativo en el trabajo mancomunado de todos los sectores sociales y productivos del país, con el que siempre ha soñado.

Destacó, entre las acciones, la que desempeñará su esposa Verónica Alcocer sobre el segmento de las mujeres. “Verónica no solo estará acompañándome, sino a todas las mujeres para luchar y supera la violencia dentro y fuera de las familias, construir la política del amor”, dijo

En apartes de su discurso, Petro insistió en que empezó el tiempo de la Colombia de las posibilidades, en la que se acaba el “no”, como constante de los que ostentaron el poder y no lo querían soltar. “Trabajaremos para que más imposibles sea posibles”, subrayó.

De igual manera habló de buscar un equilibrio a partir de lo que llamó ‘solidaridad de causa’, que provenga de los que más riquezas acumulan en el país, que es el 10 por ciento, mediante una conciencia de pago de impuestos de manera justa que faciliten su redistribución el desarrollo de educación y salud de calidad.

Se destacó entre anuncios el que los bienes incautados a las mafias del narcotráfico pasen a ser administradas por asociaciones de campesinos, de mujeres, de minorías, entre otras; la puesta en marcha de diálogos regionales para el fortalecimiento de los procesos de paz; y la aplicación real de la descentralización del Gobierno Nacional para estar más cerca a los problemas de las regiones.

Por otra parte, se refirió a la necesidad de una lucha contra el narcotráfico a partir del trazado de una línea de trabajo en una Convención Internacional, que vislumbre el éxito y no el fracaso como la actual que lleva una vigencia de 40 años.

De igual manera, hizo énfasis en la puesta en marcha de políticas públicas comunes de  los países latinoamericanos, para superar problemas como, por ejemplo, el narcotráfico, la  interconexión eléctrica,  el daño a los ecosistemas en especial a la Amazonía, la pobreza, el desempleo, la inseguridad y la paz, entre otros.

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