Antonio María Muñoz, 32 años interpretando a Jesús en el Viacrucis de Santo Tomás
Por SANTOS SUÁREZ BADILLO
Director de Zona Oriental, zonaoriental.com.co, EL NORTE y elnorte.com.co
Antonio María Muñoz Fruto es un creyente católico, pero no un fervoroso religioso. Su cercanía con Dios no se produjo en las misas, a las que asiste poco, sino a través del papel de Jesús que ha protagonizado durante más de tres décadas.
Hace parte del grupo de teatro Arrabal 26 de la Casa de la Cultura de Santo Tomás, que completó el Viacrucis en vivo número 35 en igual número de años, realizados los Viernes Santos en este municipio.
Este tomasino tiene 56 años de edad, le dicen cariñosamente “El Mono”, es tecnólogo en electrónica y tiene un negocio de comidas rápidas en la calle La Ciénaga del señalado municipio.
Por problemas de salud no participó en tres ocasiones en la obra “Hacia la Cruz por la Cruz”, sobre la pasión y muerte de Jesucristo. Quiere decir, que ha interpretado al hijo de Dios en las Semanas Santas de 32 años en su pueblo.
Como quiera que más de la mitad de su vida ha estado ligada a este papel, lo lleva en su ADN y por ello se caracteriza por su decencia, mansedumbre, tolerancia, bondad, solidaridad y sencillez.
Al comienzo de su presencia en el grupo de teatro, a los 21 años de edad, y luego de interpretar a otros personajes de la biblia, le asignaron el papel de Jesús de Nazaret. Cuenta que se metió de lleno en el estudio del trascendental personaje y gracias a ello profundizó en su esencia y entendió el significado e importancia de sus mensajes.
“La palabra de Jesús moldeó mi personalidad, por eso no guardo rencor, soy respetuoso, no hay odio en mi corazón”, le dijo Antonio Muñoz a Zona Oriental y zonaoriental.co.co
Esa es su principal motivación, es decir, contribuir a transmitir el mensaje de Jesús, de tal manera que crezca la fe en las personas que cada año llegan de diferentes partes del Atlántico y el país a ver el Viacrucis en Santo Tomás.
“Para mí es una gran responsabilidad y motivo de gran orgullo interpretar a quien partió en dos la historia de la humanidad: antes y después de Él”, dijo Muñoz Fruto.
REACCIÓN DE LOS ESPECTADORES
En cada presentación percibe que los espectadores se concentran en la obra y la sienten, y producto de ello experimentan diferentes sentimientos, unos de tristeza, profundo dolor, impotencia e incluso ira por el sufrimiento que le infligen a Jesús.
Relata que en ocasiones algunos de los asistentes, al terminar la obra, buscan a quienes hacen el papel de soldados romanos para insultarlos e incluso agredirlos.
“Hemos visto llorar a hombres y mujeres durante las escenas más intensas, eso es realmente impactante para nosotros”, expresa Antonio.
¿MILAGROS?
Antonio recuerda que en una ocasión, ya crucificado y con los ojos cerrados, sintió que varias personas le tocaban y halaban el vestido y le pedían milagros.
En una ocasión, también en la cruz, una mujer se le acercó con un niño en brazos y le pidió que lo bendijera y le sanara. “Bendícelo y sánalo, me dijo la señora. Yo le puse la mano en la cabeza y declaré sanidad para ese niño. No sé qué ocurrió después, no la he vuelto a ver”, dijo.
También comentó que supo por una amiga, que en el municipio de Candelaria tenían su fotografía en un altar y la propietaria de la casa donde estaba situado, le pedía milagros.
Otra mujer en Santo Tomás ha ido a todos los Viacrucis y también tiene la fotografía de Antonio María Muñoz en su casa.
SU RETIRO
Este hombre es feliz haciendo el papel de Jesús, el hijo del Hombre, el hijo de Dios, pero es consciente que en algún momento tendrá que retirarse y ser reemplazado.
Dice que en una ocasión estuvo a punto de hacerlo, pero que sus compañeros y seres cercanos lo convencieron para que no lo hiciera. “Es un tema más que todo físico, ya no soy el joven de antes; este año por ejemplo, sentí con más fuerza el impacto del sol”, comentó.
Sin embargo, como tomando un segundo aire e impulsado por el amor a su trascendental personaje, señala que “lo seguiré haciendo hasta cuando se pueda”.