Niveles del río mantienen al sur del Atlántico en máxima preocupación
La marca de miedo e incertidumbre que dejó en los habitantes del sur del Atlántico la emergencia del 2010, cuando se presentó el desbordamiento del río Magdalena y el rompimiento del Canal del Dique, es una de las causas que mantiene a los municipios de esta zona del departamento en máxima preocupación al observar la intermitencia en los niveles del afluente por la temporada de lluvias que vive el país.
La Gobernación del Atlántico y Cormagdalena han informado que mantienen un monitoreo constante en la cota del río. Los entendidos en el tema han indicado que el riesgo de desbordamiento se presenta cuando el nivel supera los 9.70 metros, sin embargo, los registros más recientes muestran que no ha sobrepasado los 6.40 metros.
No obstante, por su traumática experiencia y su conocimiento innato acerca del comportamiento de la naturaleza, la comunidad no deja de expresar grandes inquietudes que mantienen en alerta a la población de los municipios de esta subregión atlanticense.
LAS BARRERAS NATURALES DE SUAN
Contar con las barreras naturales que representaban las playas o aluviones que la sedimentación había formado frente a Suan, era una de las protecciones que les daba cierta tranquilidad a los habitantes del municipio. Precisamente, esa barrera fue la que contuvo la corriente del agua en el triste episodio del año 2010 y, junto a la muralla de protección, evitó la inundación en esta localidad.
Así lo dio a conocer a Zona Oriental, Bray Molina Quintero, presidente de Asocomunal de Suan, quien afirmó que la muralla de protección que bordea al municipio no está diseñada para soportar la fuerza que adquieren las corrientes del río.
“Teníamos, aproximadamente, 100 metros de esas barreras naturales pero la corriente del río las ha ido erosionando por el sector donde están las torres de energía. En la actualidad, solo quedan unos 30 metros de playa, aproximadamente”, sostuvo el líder comunal quien afirmó, además, que las murallas no están diseñadas para aguantar la corriente del río Magdalena.
Por su parte, al gestor social y hoy coordinador de la Oficina de Participación Ciudadana y Convivencia de Suan, Gustavo de la Rosa, además de la erosión de los aluviones, le preocupa el posible riesgo de filtración que pueda estarse presentando en un tramo de la muralla de protección que bordea al municipio en 2 kilómetros 800 metros.
“Teníamos más 10 años que el río no se pegaba a la muralla, como lo ha hecho en estos momentos en una parte baja que está entre las carreras 20, 21 y 22. Se presume que las corrientes del río están con una pendiente hacia Suan, hacia la muralla, y puedan socavarla y colapsar, esa es la preocupación de las autoridades municipales. Por eso, estamos pidiéndole a Prevención y Desastres de la Gobernación y al director de Cormagdalena realizar una batimetría, que es el estudio que puede determinar si hay corrientes socavando la muralla y si hay riesgo de que pueda colapsar”, precisó el funcionario.
Al ser consultado por esta solicitud, el director de Cormagadalena, Pedro pablo Jurado dijo a Zona Oriental que el levantamiento batimétrico se realizó el día 26 de octubre y para el cierre de esta edición, el estudio estaba en procesamiento.
DRAGADO
Otra de las acciones que la comunidad de Suan está solicitando es el dragado en la zona para restaurar la barrera natural con el sedimento que se remueva.
“Hacemos este llamado a Cormagdalena porque el municipio no cuenta con los recursos necesarios para esta intervención. La idea es que no esperen a que se presenten situaciones mayores para actuar como ocurrió en Salamina”, dijo el líder social Bray Molina.
SANTA LUCÍA Y EL CANAL DEL DIQUE
Por estar a la orilla del Canal del Dique, Santa Lucía fue uno de los municipios más afectados con la inundación del 2010 y hoy, diez años después, sus habitantes están en máxima preocupación porque observan que los niveles del mismo se mantienen más altos que bajos.
“Los pescadores, por su experiencia y sabiduría, saben cuándo los niveles del Canal del Dique están fuera de la normalidad y están manifestando su preocupación”, dijo Celis de León Viloria, presidente de Asocomunal Santa Lucía.
Explicó que Santa Lucía ha vivido con una permanente alerta debido a que en el sector donde se formó el boquete hay un pozo que nunca se ha secado. “Eso nos preocupa porque indica posibles filtraciones. Con todo el verano que hubo nunca se secó y ahora que el nivel del dique está arriba, en el pozo hay más agua y eso nos tiene con gran preocupación”.
Afirmó, que el Alcalde de Santa Lucía y su Secretario de Planeación están haciendo monitoreo desde Calamar. “Ellos hicieron monitoreo en una lancha y se estacionaron frente a donde se rompió el chorro y dicen que les preocupa bastante porque tiene mucho hueco, no sé por qué aún no se han pronunciado”.
URGE LIMPIAR LA VÍA
Para Celis de León, una de las acciones urgentes que requiere el municipio es la limpieza de la carretera que del Puente de Calamar conduce a Santa Lucía. “La tenemos amontañada y eso fue lo que pasó en 2010, por tenerla con tanto monte no vimos por donde estaban las filtraciones del Canal del Dique en la carretera. En estos momentos la vía está prácticamente cerrada, no caben dos carros de manera paralela”.
El líder social hizo un llamado a la Gobernación del Atlántico para que se realice el respectivo mantenimiento y recomendó que la mano de obra sea contratada con los nativos del municipio. “El trabajo de limpieza se lo dan a personas que no son de Santa Lucía y hacen lo que quieren, a veces limpian solamente la orilla de la carretera para que se vea la línea de la vía. Nosotros, que somos los perjudicados, limpiamos desde la orilla hacia abajo porque sabemos que debemos tener despejado todo el panorama”.
REUNIÓN CON LA GOBERNADORA
El presidente de Asocomunal Santa Lucía expresó el interés que tiene esa organización social de reunirse con la subsecretaria de Prevención y Desastres, Candelaria Hernández, y con la gobernadora Elsa Noguera.
“Nos dicen que no hemos podido reunirnos por la pandemia pero vemos que utilizan 15 y 20 carros para traer a la Gobernadora a pasear por la población y reunirse a puerta cerrada con los funcionarios. A la comunidad, con quien tienen que hablar, la dejan afuera. Nosotros no queremos que paseen la población, lo que queremos es que se paren en donde están los problemas y le digan a la gente de Santa Lucía, qué hay que hacer. Ellos tienen cómo ayudarnos y nosotros nos ponemos las pilas para apoyarlos en todo lo que represente nuestro beneficio”, puntualizó Celis de León.
CANDELARIA NO SUPERA EL TRAUMA DEL 2010
“No queremos imaginar si se llega a repetir la emergencia del 2010. Ni Dios lo quiera, porque eso no lo aguantaríamos, eso nos marcó y muchos aún no nos hemos recuperado de los estragos de la inundación”, afirmó la presidente de Asocomunal Candelaria, Nelly María Yance Valencia.
La dirigente social alzó su voz para que se fortalezcan las acciones de prevención y evitar cualquier riesgo de inundación.
“Me da mucha tristeza de solo acordarme que el agua iba entrando lentamente y, por ejemplo, en nuestra casa faltó una cuarta para que el agua llegar al techo”, expresó.
Esta líder social reprochó que hay una parte de la comunidad que, no obstante, haber tenido grandes pérdidas, no recibieron ninguna de las ayudas que entregaron como el pago de arriendos, materiales para arreglar sus casas y la reubicación en los proyectos de vivienda Nueva Candelaria y Candelaria Real, construidos para dar prioridad a los damnificados.
Subrayó que, a pesar de haber tocado puertas en las administraciones departamental y local, no se obtuvo respuesta positiva y la única explicación que le encuentra a la exclusión en los censos para las ayuda es “porque siempre le meten política. Hubo personas que sus casas no sufrieron estragos y les bajaban bolsas de cemento, puertas, arena, y en mi casa el piso todavía está hundido como lo dejó la inundación”.